
Un estudio recientemente ha arrojado una nueva teoría sobre cómo afecta el insomnio en los niveles de colesterol bueno en la sangre y como puede producir a la larga graves problemas cardiacos. Los investigadores de la Universidad de Helsinki, en Finlandia, comentaron haber hecho estudios en la población y demostraron como la falta de sueño altera la actividad inflamatoria y el riesgo cardiovascular, disminuyendo gran parte del colesterol HDL (bueno) y reduciendo su función.
Otros estudios plantearon que los más afectados en el insomnio son todas aquellas personas que trabajan de noche o por turnos, si es así,gran parte de la población se vería en una posición complicada ante esto, tomando en cuenta que la mayoría de las personas no cumplen en su totalidad con las horas necesarias de descanso. Aquellos pacientes que han tenido una restricción mantenida del sueño a largo plazo se ven afectados al presentar una alteración genética en la capacidad para gestionar los niveles de colesterol.
Como muestra, un estudio en de enfermeras de la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston (Estados Unidos) publicado la semana pasada en el JAMA, indica que trabajar en un sistema de rotaciones de turnos de noche durante 5 años o más se asocia con un aumento en el riesgo de enfermedad coronaria. Es importante destacar que el insomnio no sólo afecta la respuesta inmune del cuerpo, si no, también puede ser perjudicial para nuestra vida en general; el rendimiento llega a disminuirse afectando nuestro nivel de alerta, acelera el envejecimiento de la piel, descontrolan las hormonas que regulan el apetito y hasta puede aumentar el riesgo de sufrir alguna otra enfermedad como diabetes, hipertensión, obesidad y depresión.
Por último, hay que distinguir los insomnios agudos y los crónicos. Los primeros son consecuencia de un acontecimiento puntual destacable (muerte, separación, estrés), por lo que sólo duran unas cuantas semanas. Mientras que los segundos son más difíciles de evitar y son más prolongados. Y es que los insomnes tienen que hacer frente a una gran dificultad: a fuerza de querer dormirse a cualquier precio, no se piensa más que en eso y se vuelve en una obsesión, de modo que el sueño tarda cada vez más en llegar.