
El calor es una de las sensaciones que afecta a toda la población, pero no a todos de la misma forma. Durante el verano, las temperaturas suben y el calor puede convertirse en una verdadera pesadilla; por ello es indispensable tomar medidas para poder paliarlo y no sufrir un golpe de alta temperatura y deshidratarnos. Acompañado del calor está el sudor, caracterizado por ser una manifestación natural que hace nuestro cuerpo para permanecer fresco. Las temperaturas cálidas, el ejercitarse, o presenciar situaciones de nerviosismo, enojo o con miedo, pueden ser algunas de las algunas de las razones por las que nuestro cuerpo presente sudoración.
Aunque esto sea una respuesta corporal normal y completamente sana, algunas personas padecen un sudor excesivo, llegándose a convertir en hiperhidrosis, en la que se caracterizan por tener glándulas sudoríparas hiperactivas en donde incluso presentan sudoración cuando la temperatura es fresca o cuando se está en reposo. El doctor Raffy Karamanoukian, experto en esta enfermedad, señala que es más habitual que afecte a las axilas, manos, pies o cabeza. Sin embargo, explicamos varios consejos que pueden ayudar a combatir el sudor excesivo:
- Antitranspirantes: En el mercado existen algunos desodorantes que son más fuertes que los convencionales, la mayoría de ellos contienen una mayor concentración de cloruro de aluminio y normalmente es recomendable aplicarlos antes de dormir, de este modo poder hacer efecto durante la noche y evitar, así, el sudor excesivo al día siguiente.
- Medicamentos por vía oral: En algunas ocasiones si la sudoración es completamente excesiva se recomiendan tratamientos anticolinérgicos, especiales para reducir los efectos producidos por la acetilcolina responsable de avisar al sistema nervioso que sude.
- Bótox: Bloquean las señales de los nervios que activan las glándulas sudoríparas en una zona determinada. El tratamiento dura unos cinco meses.
- Tratamiento con electricidad: Aunque suene extraño este es uno de los tratamientos más efectivos específicamente para atacar el sudor excesivo en pies y manos, colocando el área afectada en agua y para luego enviar descargas eléctricas.
- Tratamiento con microondas: La energía de los microondas es comúnmente utilizada para calentar la capa de la piel que tiene glándulas sudoríparas, haciendo que desaparezca el exceso de estas.
- Cirugía: La cirugía, sería el último método que se utilizaría en caso de que ninguna de las opciones anteriores hayan resultado efectiva, y según el Dr. Karamanoukian consiste en “aspirar las glándulas sudoríparas de debajo de la piel con pequeñas incisiones’’.