Pedro Adrados, psicólogo clínico del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, contó que la presencia de ciertos momentos de ansiedad y estrés son muy comunes en la época de Navidad. Afirma que “la preocupación por las compras, los gastos excesivos, la acumulación de compromisos sociales y la falta de rutinas diarias pueden ser desencadenantes de un estado emocional afectado”. También comenta que, sobre todo, las mujeres son las más propensas a tener este tipo de sensaciones, doblando la cifra que afecta a los hombres.

Para evitar que estas sensaciones estropeen nuestro espíritu navideño, lo ideal es que se lleve a cabo una organización en cuanto a todas las tareas que deban realizarse en Navidad, previendo dejar todo para último momento y así evitar las prisas y las angustias. Adrados opina que, “la organización es el primer paso; se pueden elaborar listas de compras y regalos, siempre atendiendo a presupuestos realistas”.

También en estas fechas es muy común que las reuniones o compromisos con amigos y familiares sean frecuentes, y para ello es recomendable aceptar solo aquellas a las que realmente se pueda asistir, es importante no exceder el límite de tiempo que tiene un día para evitar cansancios extras. Y al primer momento de tener unas pequeñas muestras de ansiedad o estrés ir a descansar inmediatamente.

Ventajas del cuidado personal

Uno mismo es quien puede tolerar y administrar el tiempo y la tranquilidad personal, por eso es importante que promovamos el tiempo en soledad o en desconexión total. Intentando equilibrar nuestras actividades y el descanso. Pedro Adrados considera que, “cuando actuamos siguiendo lo que nos imponemos, lo que pensamos que se espera de nosotros, es necesario plantearse si existen otras alternativas. Actuar con mayor flexibilidad y capacidad de adaptación puede ser una buena herramienta para hacer frente a este tipo de situaciones”.

La esencia de la Navidad es compartir los momentos especiales y poder distinguir entre lo importante y lo innecesario.