
Después de que la OMS haya declarado que el virus Zika es una emergencia de salud pública a nivel internacional, los países han decidido activar el nivel de alarma y establecer sistemas de control sanitario para prevenir la expansión del virus. El número de infectados ha aumentado en todo el mundo y, además, han surgido nuevas vías de transmisión como la sexual. Sin embargo, lo que ha suscitado a determinar al virus Zika como emergencia mundial ha sido su relación con la microcefalia, un grave defecto neurológico que parece afectar a los niños nacidos.
En consecuencia, las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad han acordado activar un Plan de actuación y vigilancia epidemiológica para detectar de forma precoz posibles casos importados y autóctonos del virus Zika. Para ello, han lanzado una serie de medidas que no difiere mucho de las establecidas hasta ahora. Asimismo, también han establecido un Plan de Información para mantener al tanto a ciudadanos y a profesionales sanitarios. Lo único novedoso de este protocolo nacional es la legitimación de cualquier acto que se lleve a cabo para prevenir y controlar todas las posibles entradas de la infección.
Con lo que se respecta al documento, lo que destaca es la creación de un Comité Nacional para el seguimiento del Plan, que contará con la participación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, además de un conjunto de expertos en entomología y varios representantes de las Comunidades Autónomas. Lo prioritario de este protocolo es tanto la detección temprana de casos importados y autóctonos del virus Zika, como la información periódica que se ofrecerá a los profesionales sanitarios para establecer las medidas de prevención que se requiera en cada momento.
En caso de que cualquier comunidad autónoma detecte un caso de trasmisión deberá notificarlo de forma urgente al Centro de Control de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, Servicios sociales e Igualdad (CCAES) y al Centro Nacional de Epidemiología (CNE), este último de forma individualizada y a través de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Acto seguido, el CCAES y la región afectada valoraran el caso y las medidas a tomar, y si fuese necesario, notificarán la noticia al Sistema de Alerta y Respuesta Rápida de la Unión europea y a la OMS, para cumplir con el Reglamento Sanitario Internacional (2005). Además, otro aspecto que conlleva este protocolo nacional es que una vez que el paciente este infectado por el virus Zika, y se haya hecho un riguroso diagnóstico, tendrán que enviar la confirmación al Centro Nacional de Microbiología.
Los centros de atención primaria y los hospitales deberán estas preparados para detectar de forma precoz cualquier caso del virus Zika, para ello se difundirá el algoritmo del diagnóstico y la guía de actuación. No obstante, la reunión de la Comisión de Salud Pública no ha modificado apenas las recomendaciones que emitió, en su día, el Ministerio. De esta manera se mantiene las recomendaciones vigentes a los viajeros que vayan a acudir a los lugares afectados por el virus Zika, con el objetivo de evitar el contacto con el mosquito transmisor. Con respecto a las embarazadas, los avisos se mantienen, es aconsejable que todas aquellas que estén en periodo de gestación aplacen sus viajes en las zonas de trasmisión, siempre y cuando el motivo no sea importante.